Existen tres tipos de máquina, dependiendo del método de aplicación y que son usadas para distintos tipos de productos; las máquinas automáticas, las semiautomáticas y las manuales.

Las máquinas de retractilar automáticas realizan, como su propio nombre indica, todo el proceso por sí mismas de forma totalmente autónoma, con lo que colocar la mercancía en ella se convierte en la única acción de la que debe encargarse el operario.

Esta automatización permite una alta eficacia y unos grandes resultados especialmente en aquellas empresas que tengan un alto volumen de producción, con lo que las máquinas retractiladoras automáticas son ideales para grandes empresas y proyectos.

Los diferentes tipos de máquinas retractiladoras son útiles para diferentes volúmenes de producción

Las máquinas de retractilar semiautomáticas siguen realizando el retractilado de film termoplástico de manera automática, pero debe ser el operario el que cubra el producto con el mismo e introducirla en la máquina para después activarla, de manera que no se trata de un proceso tan automatizado como en sus hermanas automáticas.
Este tipo de máquinas retractiladoras son especialmente útiles en sectores que requieran de un embalaje más puntual o de un menor volumen, ofreciendo igualmente un gran rendimiento y resultados, siendo usada en sectores como por ejemplo el de la alimentación o el farmacéutico.

Por último, las máquinas de retractilado manual requieren de la intervención del operario encargado de la misma en distintas fases del proceso, tanto en el momento del sellado como en el retractilado en sí, ya que para ello se usa una pistola de calor que activa retrotrae el elastómero usado para el embalaje. Se trata de máquinas más sencillas y menos espaciosas, en las que su manejo es sencillo pero más laborioso, teniendo que aplicar calor con la pistola de calor tras colocar el producto envuelto en el elastómero en la selladora.

Obviamente, este tipo de máquinas retractiladoras son usadas por empresas que requieren de este sistema de embalaje de forma puntual y en un volumen muy bajo de producción, ya que es un sistema mucho más lento y laborioso, pero lógicamente se trata de maquinaria mucho más económica y accesible para todo tipo de empresas.

Ese mismo crecimiento ha hecho que la demanda de todo tipo de artículos haya subido de manera imparable, obligando esto a su vez al mercado a evolucionar en sus métodos de producción, siendo cada vez más eficientes y veloces.

La automatización y la producción masiva logra satisfacer dicha demanda, pero ello ha obligado a que las empresas busquen distintas soluciones para lograr una producción y un embalaje rápido y seguro, que mejore su eficiencia sin dejar de cuidar la mercancía.

Una de estas soluciones, que compete al embalaje final de la mercadería, son las máquinas retractiladoras. Estas son herramientas con las que se envasan los productos al final de una producción en línea, un elemento clave del embalaje. Se valen de un film termoplástico para envolver el producto, quedando este protegido contra los distintos agentes externos que lo puedan dañar o manipular.

Las máquinas retractiladoras protegen al producto final de la contaminación de agentes externos

Se trata de una de las herramientas más usadas en el sector industrial y las fábricas y empresas que lo componen, debido a su alta eficiencia y magníficas prestaciones.

Las máquinas retractiladoras, una vez envuelto el producto en dicho film retráctil, sellan los extremos abiertos en él usando calor a través de un sellador térmico.

Una vez realizado dicho proceso, el producto ya envuelto se pasa por una campana de calor o un túnel de retracción, dependiendo de si el proceso es manual o automático, que usa ese calor para que el plástico que recubre dicho producto se contraiga, eliminando espacio entre el producto y él y encapsulando así el artículo, quedando poco más que una fina película de plástico, completamente adherida.

Las máquinas retractiladoras son, por lo tanto, una parte esencial del proceso de embalaje, protegiendo el producto de agentes intrusivos como polvo, suciedad o agua, y evitando además la manipulación externa por parte de terceros, asegurando por lo tanto que el producto llegue al cliente exactamente como ha sido fabricado.

Ello ayuda, entre otras cosas, a que la homogeneidad de los productos creados sea la adecuada, evitando imitaciones y falsificaciones y a su vez un agravio comparativo entre los clientes, pues nos aseguramos de que cada uno reciba un producto exactamente idéntico.

Las máquinas retractiladoras se tratan, sin duda, de un paso más en el cambiante y evolucionado mundo de la producción y embalaje de mercaderías, cada vez más eficiente y productivo.

Las máquinas retractiladoras, son una herramienta de envasado que tiene su papel al final de la línea de producción, durante la fase de embalaje, y envuelve la mercancía con un film termoplástico. Esto provoca la higiene del producto al protegerle contra la suciedad y evita la manipulación ajena. Estas máquinas nos permiten envolver, de forma retráctil el producto y pueden ser manuales, automáticas o semiautomáticas, dependiendo del tipo de máquina con el que estemos trabajando.

Seguramente las más usadas en procesos de producción a escala industrial sean las automáticas. La máquina de retractilar automática se caracteriza básicamente por realizar por sí misma todo el proceso de retractilado. El operario únicamente debe colocar la mercancía o el paquete sobre ella, y esta se encarga de hacer el resto del trabajo.

Se convierten estas herramientas, por lo tanto, en soluciones de embalaje ideales para abarcar proyectos que impliquen elevados volúmenes de producción. Estos sistemas integrados permiten reducir costes y aumentar la eficiencia a escala industrial, de manera que obtenemos grandes rendimientos.

¿Cómo es el funcionamiento de las maquinas retractiladoras?

Durante el proceso de funcionamiento de las máquinas retractiladoras como la FLEXO 500 E/ FLEXO 600, con capacidad de agrupación y cierre total, el elastómero se retrae adaptándose a la perfección a la forma del paquete. En el túnel de retractilado, se produce la contracción por acción de un sellador térmico. El calor hace que el plástico que envuelve al producto contraiga sus dimensiones para adherirse sobre el producto como una fina capa.

Las ventajas de las máquinas retractiladoras enfrente otras soluciones de embalaje:

El retractilado es un proceso que conlleva considerables beneficios. Estas soluciones de embalaje nos permiten ahorrar considerable dinero, tiempo y esfuerzo. El plástico que se emplea ofrece una enorme protección frente a agentes externos como la suciedad, el sol, la lluvia o el viento, así como de la manipulación de los paquetes o productos por parte de personas ajenas.

Con ello evitamos también que sufran daños durante el transporte, ya que el film del envasado no se rasga ni aletea por efecto del viento o de los roces. Otra de las ventajas es que este tipo de plástico, a pesar de ser de un solo uso, es cien por cien reciclable, lo que convierte esta forma de envasar en una técnica sostenible y que respeta el medio ambiente.

Además, al estar automatizado, los procesos de producción empleados se agilizan enormemente.

Gracias a ello nos aseguramos también de que el cliente reciba el producto en óptimas condiciones. Razones suficientes por las que la máquina de retractilar es una de las soluciones de embalaje más utilizadas.

Es importante dar con una empresa especializada como la nuestra para saber qué tipo de film, de los muchos que puedes encontrar en el mercado, es el más adecuado teniendo en cuenta elementos como el uso o el peso de la mercancía y también la distancia que hay para el envío de la misma. Todo ello será imprescindible para no echar a perder la calidad del producto.

En Per-Pack ofrecemos una gran variedad de films, entre los que destacan la poliolefina de la marca Bolloré de poliolefinas, la cual combina el brillo del polipropileno con la elasticidad del polietileno, lo que conforma un acabado de máxima calidad para presentar todo tipo de productos.

En Per-Pack dispones de una amplia gama de poliolefinas distintas para retractilar y para emplear en diversas aplicaciones industriales, a fin de conseguir el máximo rendimiento, alta productividad y resistencia al impacto. Se trata de un film suave y muy versátil que permite ofrecer la máxima eficiencia en el envasado de productos con film.

También ofrecemos otro tipo de films específicos, como los Bolphane Basik, los cuales presentan multifunciones estándar y técnicas, para conseguir muy buenos resultados, con film irradiado de gran resistencia y con retracción suave. Otra opción son los films específicos para obtener el efecto “curling”, el cual tiene propiedades autoadhesivas, una gran capacidad óptica y mucha rigidez, y el sellado por ionización, con alta calidad óptica.

¿Qué papel juega el envasado con film en el sector de la alimentación?

El envasado con film de máxima calidad en el sector alimentario permite conservar mejor y durante más tiempo los elementos nutricionales y también las cualidades organolépticas del alimento. Su capacidad de sellado también protege de forma hermética el alimento durante su transporte y hasta que el consumidor final lo compra.

El film tiene una gran capacidad para adaptarse a cualquier producto, cuenta con una gran resistencia a golpes, es impermeable, transparente y eso permite ver el alimento de forma clara, es perfecto para conservar alimentos de todo tipo o comidas preparadas, aguanta temperaturas frías y también calientes, etc.

En Per-Pack encontrarás todo tipo de films de máxima calidad, para usos distintos como los films poliolefinas “antifog”, los films “anti vaho”, films Stretch-Shrink, films respiración controlada, segunda piel, films perforados de alta respiración, flowpack alta velocidad, films termosellados y sellados por ionización.

Las máquinas retractiladoras hacen posible aplicar, de forma automatizada, semi automatizada o manual, una envoltura retráctil. El proceso de retractilado es una de las soluciones para embalar productos que más se utilizan en centros de logísticas o fábricas por los buenos resultados que ofrece.

Cuando el producto ya está envuelto en este plástico retráctil se utiliza un sellador térmico, para cerrar los extremos abiertos mediante calor. Una vez acabado este paso, el paquete tiene que pasar por un túnel de retracción o una campana de calor, en el caso de que el proceso sea manual. En este momento, se aplica calor para que el plástico que se ocupa de envolver y proteger el producto se contraiga y quede encapsulado en una especie de película de plástico completamente adherida a él.

Tipos de máquinas retractiladoras

El proceso de retractilado necesita de la ejecución de dos tareas principales, como es el sellado para cerrar el plástico envolvente de la mercancía y el retractilado para contraer y adherir el plástico al producto y de ello depende el tipo de retractiladora que se utilice. Según su grado de automatización, se diferencian tres grupos de máquinas retractiladoras:

Retractiladoras manuales; El proceso se realiza a mano por un operario en todas las fases y son máquinas que incluyen selladora, portabobinas y campana de calor. El operario envuelve el producto en el plástico retráctil y lo coloca en la máquina a fin de cerrar los extremos gracias a la selladora y después la campana aplica el calor en el paquete .

Retractiladoras semiautomáticas; Necesitan la participación de un operario, pero en menor medida que la opción manual. El operario se encarga de cubrir el producto con plástico y lo mete en el interior de la máquina, allí se produce el sellado y retractilado. La persona solo interviene al principio del proceso para colocar el producto y retirar, al final, el producto ya envuelto.

Retractiladoras automáticas; Funcionan sin la necesidad de un operario para llevar a cabo cada uno de los procesos.

Las maquinas retractiladoras tienen un claro objetivo y es el de empaquetar o envolver un producto a través de un plástico que es retráctil o un film termo plástico. De hecho, retractilar significa empaquetar con un film transparente que se retrae a través del calor, a fin de adaptarse a la forma del paquete.